Me sigue sorprendiendo la cantidad de veces que en los procesos de coaching ejecutivo y en los talleres de reflexión sobre liderazgo escuchamos frases del tipo, «no me siento reconocido«, «en esta empresa no se reconoce al que hace las cosas bien«. Son tan habituales este tipo de declaraciones, que llegamos a la conclusión de que hay más demanda que oferta de reconocimiento.
De manera más o menos explícita, unos más y otros menos, todas las personas «demandamos» reconocimiento; será que nos gusta sentirnos útiles y apreciados. Y parece que en general, no generamos la suficiente «oferta». No es raro escuchar a muchas personas decir que les cuesta reconocer a las personas de su equipo por el trabajo bien hecho. ¿Será porque pensamos que el reconocimiento debilita el carácter? ¿O pensamos que si reconocemos desconectaremos a las personas de su motivación por seguir haciéndolo bien?
Se me ocurren dos líneas de acción, para ir estando todos menos quejosos en relación a este tema:
- Por un lado, podríamos auto-reconocernos más, para no depender tanto de que otros lo hagan.
- Y por otro, podemos abrir la mano y ser un poco más generosos con frases y gestos de aprecio y reconocimiento, como decía Jordi en la viñeta «me importa lo que te pasa«.
Yo creo que podemos hacerlo con la tranquilidad de no pasarnos de la raya, porque según lo que vemos en las organizaciones de nuestro entorno, estamos lejos de resultar «excesivos».
Ane Agirre
Hacer ver más a menudo que nos importa lo que les pasa a los otros, un buen propósito para el 2020 Ane !