Araceli compartía hace un año su deseo de hacer zoom para enfocar y fijarte en las pequeñas cosas. Me encantó ese «elogio a lo pequeño» y me hizo pensar en la posibilidad que tenemos de «ajustar» nuestra mirada, tanto para no perdernos los detalles, como para ser capaces de ver la «foto grande».
Hace unas semanas inicié un proceso de coaching de equipo con un Comité de Dirección y tuve la oportunidad de volver a poner en juego las habilidades de un coach. Por un lado, las que son compartidas con los procesos de coaching individual: escuchar y observar sin juicio, preguntar abiertamente y dar feedback o detectar creencias colectivas que pueden estar impidiendo el desarrollo.
Sin embargo, para trabajar con el equipo, es necesario practicar esa capacidad de hacer zoom, es necesario desenfocar la mirada en cada persona, para enfocarla en el equipo.
Cuando trabajas como coach en una reunión y observas que alguien levanta la voz, llega tarde, no respeta la opinión de otro miembro del equipo o no ha cumplido un compromiso adquirido con el resto, es muy fácil poner el foco en él o en ella, invitando a concluir que esa persona es la responsable. Se trata de entender y aceptar que, en al ámbito de un equipo, la responsabilidad sobre las disfunciones, es compartida.
Cuando como coach eres capaz de desenfocar la mirada, observar la dinámica del conjunto y devolver esa disfunción al equipo, éste se hace responsable y busca las soluciones. Quizás decidan fijar una nueva regla de juego o puede ser que algún miembro del equipo afronte la incomodidad de dar un feedback.
Miradas para ver la parte y miradas para ver el todo. Ambas son esenciales, tanto para trabajar con equipos, como para afrontar muchas situaciones complejas en la vida.
Oscar Garro
Además, contando con que tu mirada es experta, sabia y ecuánime. ¡Garantía total de éxito!
Qué importante y necesaria es una visión externa y desapasionada que pueda hablarnos y analizar objetivamente para avanzar.
Gracias Pedro. Sobre todo una mirada sin juicio y que confía en que los equipos (y las personas) tienen todas las respuestas.
Nuestro rol es observar y pregunta abiertamente. Nada más…y nada menos.
Un abrazo.
Oscar