Había que ser valiente y tener mucha confianza en una misma para matricularse en la Facultad de Derecho de Harvard en 1956. Los primeros 10 minutos de la película «Cuestión de Género«, basada en la vida de la jueza Ruth Bader Ginsburg y dirigida por Mimi Leder, nos da una idea muy clara de cómo se debían de sentir las 9 chicas que compartían aula con 500 chicos.
Os relato una escena: el decano de la Facultad, que tenía el hábito de organizar una cena invitando a las pocas chicas de cada promoción, en los postres, les lanza la siguiente pregunta y les obliga a contestarla en voz alta delante de todas las demás: ¿Por qué estás en la Facultad de Derecho de Harvard, ocupando el lugar de un hombre? («Why are you at Harvard Law School, taking the place of a man?»). Para colmo, se permitía opinar sobre la calidad de las respuestas. No os cuento la respuesta de Ruth Bader, para que veáis la película. Inmejorable.
Refleja un modelo mental, que, aunque se ha ido reemplazando por la convicción de que todos tenemos el mismo derecho a acceder a las oportunidades, sigue dejando rastro. Seguro que muchos habéis escuchado alguna vez algo parecido a esto: «es que ahora, que se ha puesto de moda promocionar a las mujeres, ya no hay tantas oportunidades para nosotros«, que es muy parecido a decir que los lugares de dirección están destinados a los hombres, y que si se cuela alguna mujer, ya puede tener motivos muy poderosos para no sentirse y que no le perciban como una usurpadora de un lugar que «no le correspondía«. Sí, aún quedan personas que piensan y sienten así.
Hablamos de 1956. Hoy estamos en 2020. Para 2056 esperemos que no quede ni rastro de ese modelo mental. Y ojalá que sea así en cualquier lugar del mundo. Así que a seguir trabajando. Nos quedan otros 36 años hasta que se cumpla el centenario de esa pregunta que hizo el decano de la facultad de derecho de Harvard a Ruth Bader y a sus ocho valientes compañeras.
Ane Agirre
Viñetas Vesper 