Vidas equilibradas

El 6 de septiembre de 1991, el entonces presidente de Coca Cola, Brian Dyson, inauguraba el curso del Georgia Institute of Technology con una presentación cuya última parte enseguida pasó a formar parte de la más persistente y conocida literatura de la gestión organizacional.

Dyson utilizó una sencilla y comprensible metáfora en la que sugería imaginar la vida como un juego de malabarismo con cinco bolas a las que mantienes en el aire. Pronto verás, decía, que la bola «trabajo» está hecha de goma y si la dejas caer, rebotará. Pero las otras cuatro bolas -familia, salud, amigos y espíritu- están hechas de cristal y si dejas caer cualquiera de ellas se dañará o destruirá de manera irreversible y nunca volverá a ser la misma. «Has de entender esto y luchar por un equilibrio en tu vida«.

Cuando uno tiene más pasado que futuro entiende muchas de las cosas que, de joven, le parecían obvias o irrelevantes… Personalmente, me parece que después de cuarenta años, las palabras de Dyson han «envejecido» bien y tienen hoy tanta o más vigencia que cuando las pronunció. Especialmente, si consideramos los nuevos actores que, como todo el mundo digital,  han irrumpido en nuestras vidas invasivamente, sin respetar espacios ni tiempos.

No resulta nada fácil acotar espacios para las distintas dimensiones esenciales de nuestras vidas y parece evidente que, hoy en día, una gran parte de profesionales no desconecta prácticamente nunca. La atención, nuestra atención, es un bien finito, escaso y codiciado, por el que cientos de estímulos de todo tipo compiten cada día.

Por ello, precisamente, creo que hoy más que nunca y con «todo lo que está cayendo» en este joven y complejo siglo XXI que hasta ahora está resultando un «Saeculum Horribilis«, tenemos que redoblar esfuerzos por equilibrar nuestras vidas, conscientes de que el tiempo nunca vuelve atrás, de cuánto nos jugamos y de que no hay mejor alternativa a una vida razonablemente equilibrada, cada uno a su estilo, entre sus distintos elementos y espacios.

Acabo con una cita de uno de mis autores preferidos, John Steinbeck: «El arte del descanso es una parte del arte de trabajar«. Pues eso…

Jordi Foz